Capítulo cuatro.

4.- ¿ME ESTOY ENAMORANDO?

~Narra Harry~

-Señorita… -digo abriéndole la puerta a Abi- ¿qué se dice?

-Hasta nunca.

-No, no, no, eso es no es lo que dice una señorita amable como tú –digo con una mirada pícara.

-Pues acostúmbrate, porque yo no soy ninguna señorita.

-¿A no? –digo acercándome lentamente a ella, paso a paso- entonces… ¿qué eres?

-Nada, Abi, soy Abi y punto, ¡nada más! CHIIIICAS –grita a Sara y Alex, rompiendo la cercanía que había entre los dos- ¡Vámonos! –sonrío, pues al acercarme a ella he notado cierto nerviosismo en su cuerpo.

-¡Ya nos veremos!

Sara y Alex se despiden de mí con la mano, mientras entran al bloque. La verdad no sé si se despedían de mí o de Joseph…

-Tío, pero ¿tú que les has hecho a esas dos? Soy yo, o las has pescado.

-Harry, Harry, Harry, aún te tienes que hacer a la idea de que tú no eres el único bonito en el grupo.

-Hablando de los reyes de Roma, hace dos días que no nos vemos, deberíamos llamarlos.

-Ok.

-Sube tú, yo voy a aparcar el coche. Nos vemos arriba.

~~~~

-Tío, no me habías contado lo de esta noche ¿eh? –dice Joseph al verme entrar al salón.

-¿De qué me estás hablando?

-Anda, no te hagas el tonto –dice enseñándome un papel.

-Trae para aquí –digo sacándoselo de las manos.

-¿Quién es? –dice Joseph al ver mi sonrisa.

-Alguien…

-Uuuuuh. Vigila lo que haces esta noche, Styles.

-Calla, anda –le pego amistosamente en el brazo- ¿Dónde estaba?

-Me lo encontré en el suelo.

Sé que es Abi, pero también sé que con ella, esta noche, no pasará nada. Tampoco sé qué me pasa con ella, qué es lo que verdaderamente siento cuando la tengo a mi lado. Pero lo que tengo muy claro, es que tengo que limpiar mi imagen ante ella, pues me cree algo que no soy, algo que me duele que piense.

-Si no te importa, queda tú con los chicos, yo… tengo que hacer otras cosas.

-te entiendo, quieres ir a comprar condones por si las moscas…

-Cállate imbécil –sonrío al decir esta última palabra, pues Abi siempre me lo dice a mí- sabes que no pasará nada.

-Lo sieeeeeeeeeeento.

-Ejem, ejem…

-Vale, ya me voy, ya me voy.

-Dile a los chicos que mañana nos vemos sin falta.

-Ok. Hasta mañana, que vaya bien tu “cita”.

~Narra Joseph~

Me reúno en el parque con los chicos. Alan es el primero en llegar. Al cabo de cinco minutos, vemos a Daniel aparecer por el fondo del parque.

-¿Cómo no? Evan el último –dice Dani cuando llega donde estábamos nosotros.

-Habrá habido una ráfaga de viento, se habrá despeinado, y habrá tenido que para urgentemente a peinarse –bromea Alan.

-Jajajajajajajajajajaja –nos reimos a carcajadas. Evan es muy, muy, muy pijo, siempre bromeamos con su pelo, ya que tiene que estar per-fec-to.

-¡Míralo! Por ahí se acerca.

-¡Hola chicos!

-¡Hola, escarola! –le digo. A pesar de que no tiene el pelo rizado, nos encanta hacerlo rabiar con tonterías.

-y ¿dónde está Harry?

-No ha podido venir, tenía una “cita” con alguien.

-Uuuuuuh.

~Narra Harry~

No he preparado nada de cenar. Lo de cocinar no es lo mío. Sin embargo, he comprado para hacer masa de pizza, así podremos pasar Abi y yo un tiempo, juntos, en la cocina, con la excusa de hacer la cena. Son las nueve menos veinte y estoy hecho una mierda. Decido darme una ducha, aunque no me puedo estar mucho tiempo. Salgo a menos diez. Cojo lo primero que pillo en el armario. Me visto sencillo pero cómodo.

~Narra Abi~

Tengo que buscar una excusa para Lidia, Sara y Alex. No se pueden enterar que voy a cenar con Harry, y menos con la ropa que llevo. Al principio quería ir tapada, con un abrigo y una bufanda, así se le quitarían las ganas de tontear, pero luego, he pensado que hará calor. Mi nuevo plan es vestirme con lo más sexi que tenga y luego… veremos lo que pasa.

No dejo de pensar en lo estúpida que resultará la cara de Harry cuando me vea.

-Chicas…

-¿Dónde vas tan… fresca? –me pregunta Sara que no sabe cómo describir mi ropa.

-Hace calor… Voy a… la discoteca –digo insegura.

-¿A la discoteca? ¿Tú sola? ¿En Londres? –salta Lidia.

-¿Qué pasa?

-¡Qué me apunto!

-Em… -mierda pienso dentro de mí, ¿ahora que se supone que les tengo que decir?- Está bien… Vestiros, os espero.

Las chicas salen de sus habitaciones, listas para la fiesta. La verdad es que van muy guapas las tres, y vamos perfectas para pasar la noche en una discoteca, aunque yo… prefería pasarla con Harry.

(Lidia      Sara        Alex)

-¿Nos vamos? –pregunta Lidia.

-Vamos… -digo yo.

Son las nueve y diez. Hace diez minutos que tendría que estar con Harry, diez minutos que la mentira hubiera empezado, sin embargo estaba deseando que llegara el momento de estar con Harry, no sé porque tanto entusiasmo, pero ahora ya he metido la pata como siempre. Más fácil hubiera sido decir la verdad. 

De camino a la discoteca, Lidia, como siempre, no ha cerrado el pico ni un segundo. Entramos en un local lleno de jóvenes bailando, bebiendo y haciendo el burro. Imposible pasar en medio de la multitud sin que ningún borracho me mire el culo. Qué asco… Ahora mismo estaría disfrutando de una cena, engañando al imbécil de Harry, que se lo merece. Las chicas no se quedan atrás y se dirigen a la barra a por algo de beber. Yo me siento en una mesa, observando como las tres se ponen a bailar. Ya van por la tercera copa y yo estoy más aburrida que las ostras. A Sara se le acerca un chico, a Lidia otro y no tarda en llegarle otro a Alex. Aprovecho el momento y me salgo de la discoteca. Veo pasar un taxi y no me lo pienso dos veces, me subo en él, dispuesta a volver al bloque de apartamentos. Son las diez menos cuarto, quizás Harry no se haya comido la cena él solo.

Subo las escaleras a toda prisa, saludando antes a Ryan. No me apetece escuchar la molesta voz del ascensor. Ahora no. Pico una, dos y tres veces al timbre, y al minuto Harry abre.

-¿Aún se puede?

-Claro, adelante –dice recibiéndome inesperadamente, esbozando una sonrisa de oreja a oreja- ¿a qué se debe la tardanza?

-Tuve que decir unas mentirijillas para poder venir… y la cosa me salió mal.

-A ver, cuéntame que has hecho

-Pues les dije a mis amigas que me iba a la discoteca sola, por no decirles que iba a cenar contigo y… se apuntaron, tuve que ir con ellas hasta que se despistaron y ¡aquí estoy!

-Uy, pues no sé yo si quiero a mentirosas en mi apartamento…

-¿Encima que me he escapado para venir aquí? ¿Contigo? Aunque si quieres… me voy –digo levantándome del sofá.

-No, no… -dice tirándome de nuevo en el sofá, quedando a pocos centímetros de su rostro.

No sé qué cojones me pasa cuando estoy con Harry. Antes le odiaba pero ahora… ¡No! Abi, ¡no! No me puedo estar enamorando de alguien a quien solo le importa el sexo y el físico de una persona. ¡He venido para vengarme!

Por un momento creía que Harry se estaba acercando más a mí.

-Estás preciosa –ahí lo suelta.

-Gra… gracias…

Abi, céntrate, no lo conoces, no lo conoces ¡joder! Él lo único que quieres es jugar, y si quiere jugar… ¡que continúe el juego!

-Tú también estás muy guapo… -le sonrío acercándome más a él.

Me acerco más y más, hasta que me detengo. Espero a que ahora se acerque él. Diría que nos separan cinco centímetros aproximadamente. Harry cierra los ojos y no puedo evitar reírme por dentro, se acerca más y pronto pone morritos de pez, deseando que le bese. Yo también me acerco más y cuando estamos a punto de besarnos…

-¿Qué hay de cenar? –me levanto de golpe.

-Eh… eh… No tengo nada preparado, pero tengo masa para hacer pizza casera.

-Oh… que sofisticado.

Corremos a la cocina. Mientras Harry prepara la masa yo saco los ingredientes que le quiero poner. Salsa de tomate, mozzarella, olivas y atún.

-¿Por qué te has apartado? –pregunta Harry refiriéndose a la escena del salón.

-Harry tres, Abi también tres –le guiño un ojo.

Harry no vuelve a abrir más la boca, hasta que la pizza está lista. Nos sentamos a cenar. Sigue sin hablar, solo se ha dignado a abrir la boca para decir que estaba muy buena y para comer, nada más. Cuando acabamos, recogemos los platos y yo ayudo a fregarlos. Vaya cena...

-Bueno yo… me voy ya, estoy muy cansada.

-Está bien, pero antes, dame tu número de móvil.

Nos intercambiamos los números y me voy a mi apartamento. Me pongo el pijama y me meto en la cama sin más.

¿Qué demonios ha pasado? ¿Por qué Harry se ha puesto así después de lo del “beso”? Y… ¿Qué es lo que siento por él? ¿Me estoy… enamorando de él? Poco a poco me gana el sueño.

~Narra Harry~

¿Qué coño me pasa con Abi? ¿Por qué me ha dolido tanto su broma?...

-Harry, Harry… -digo en voz alta para mí mismo- ¿Te estás enamorando de Abi?