5.- Paseo por
Londres
~Narra Abi~
Me despierto a las
cuatro menos cinco de la mañana, pues mi móvil no deja de sonar una y otra vez.
*Conversación
telefónica*
-¿Lidia? –digo
medio dormida.
-Pero ¡¿tú dónde te
has metido?! –dice furiosa.
-Estoy en casa.
-¿En casa? Y
¿cuándo nos pensabas avisar? ¿sabes el susto que nos hemos metido?
-Lo siento… venga…
buenas noches.
*Fin de la
conversación telefónica*
~Narra Harry~
He pasado la noche
en vela sin dejar de pensar en Abi. Puede que no esté enamorado de ella, pero
me está empezando a gustar, es más, me gusta y no me da vergüenza reconocerlo.
Nunca antes había sentido esto, pues nunca he estado en una relación seria.
Hoy hace un día muy
soleado, no lo puedo echar a perder, hay que aprovecharlo, y ya sé cómo. Me
visto con lo más simple que encuentro, adecuado con el tiempo que hace hoy.
Acabo de peinarme,
cojo mi cartera y salgo de mi apartamento tal cual, sin desayunar ni nada. Me
dirijo a la puerta de al lado, sí, la de Abi. No quiero picar, puede que estén durmiendo
y no quiero molestar, así que cojo el móvil y le envío un mensaje a Abi: “Si
estás despierta abre la puerta de tu apartamento. Si cuando la abres no estoy,
has tardado mucho. Harry xx”. Espero tres minutos y la puerta se abre. Supongo
que acaba de levantarse, pues va en pijama, que por cierto, le queda
espectacularmente bien, dejando ver sus morenas y delgadas piernas.
-¿Qué quieres?
–dice entre medio de un bostezo.
-Que vengas
conmigo.
-¿A dónde?
-A enseñarte
Londres.
-No puedo, Harry,
mis amigas están durmiendo y bastante se enfadaron ayer cuando las dejé solas
en la discoteca, además, ya llevo dos días aquí y tengo que buscar trabajo,
sino en un mes tengo que volver a Barcelona.
-Por un día más no
pasará nada, en cuanto a tus amigas, ponles una nota en la nevera… -le suplico.
-Pff… está bien…
Pasa, tardaré diez minutos en arreglarme.
~Narra Abi~
En cierto modo,
estoy contenta de que Harry haya decidido venir a por mí para pasar el día
juntos. Bueno vale… estoy muy contenta. Harry es un chico guapo, muy guapo y
estoy dispuesta a conocerlo más a fondo.
Abro la ventana
para ver el tiempo que hace hoy. Parece que haga calor, o sea que me pongo algo
fresquito. Al ver a Harry con la camiseta que lleva puesta, he recordado que yo
también la tengo –de chica- y decido ponérmela.
-¿Con que tenemos
los mismos gustos? –sonríe al verme entrar al salón.
-Eso parece…
-Me gusta… -sonrío
como una tonta- ¿nos podemos ir ya?
-Sí, claro. Un
momento –cojo mi móvil y aviso a mis amigas de que me voy a pasar el día a
fuera, para que luego no se enfaden- Ahora sí.
Harry me deja pasar
primera. Mientras esperamos al ascensor, se crea un ambiente bastante tenso
entre los dos.
-¿Habías venido
alguna otra vez a Londres? –me pregunta.
-No.
-¿O sea que no has
visitado nada?
-No.
-Perfecto.
-¿Dónde vamos?
-Sorpresa.
Empiezo a suponer
que Harry me va a hacer de guía turística, pues sino no me hubiera preguntado
eso. Al fin el ascensor nos recoge, pero va lleno.
-Mejor bajamos por
las escaleras… -digo.
-Mejor…
Nos despedimos de
Ryan y nada más salir distingo el coche de Harry que está aparcado en la acera
de en frente. Me abre la puerta y me siento en el asiento copiloto. Rodea el
coche, se sienta y lo pone en marcha. Enciende la radio y empieza a sonar Wake
me up de Avicii, una canción que me encanta. Harry empieza a cantar en voz
baja. La verdad es que canta muy bien, tiene una preciosa voz ronca. Me mira y
sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
-¡Vamos, canta
conmigo!
-No, no…
-¡Sí!
Le hago caso y
empiezo a tatarear muy bajito. Después de diez minutos llegamos. Aparca el
coche, y sin salir de él, saca de su bolsillo dos entradas para el London Eye.
Me tapo la boca con las manos.
-Hahahaha –se ríe
de mi expresión- para ti –me entrega una de las entradas.
-¿Cuánto te debo?
-Nada, es mi regalo
para ti.
-Joder, Harry…
gracias… -le abrazo y sin dudar, le beso la mejilla.
Observo como sus
mejillas enrojecen y no puedo evitar reírme. Con una actitud vergonzosa, algo
que no sabía de Harry, sale del coche para abrirme la puerta. Cuando es nuestro
turno para subir a la noria, nos hacen entrar en una de las cabinas junto con
un montón de personas. Harry y yo nos acercamos al vidrio para ver con claridad
todo el paisaje. Empiezo a notar como la mano de Harry se acerca a la mía.
Disimulo y sigo mirando por el cristal. Al fin me toca, está caliente, tal vez no
tanto, pero al tener yo las manos congeladas se nota más. Miro nuestras manos
enlazadas, no pienso soltarle. Ahora le miro a él, él me mira. Me sonríe dejándome
ver sus preciosos dientes y ese hoyuelo que se le forma. Le devuelvo otra
sonrisa. Me gusta, me gusta que Harry me coja de la mano. Me gusta porque me
hace sentir especial. Me gusta porque estoy empezando a pillarme por él…
-¿Y bien? –bajamos de
la cabina- ¿Te ha gustado?
-Me ha encantado,
¡gracias Harry!
-De nada –seguimos
sin soltarnos las manos- ¿Qué quieres hacer ahora?
-Tengo hambre…
-¡Pues vamos a
desayunar! ¿Dónde quieres ir?
-Me da igual, pero
ahora pago yo.
-No… te he invitado
yo, pues pago yo.
-No, Harry. No vas
a pagar todo lo que hagamos hoy.
-¿Lo quieres
comprobar?
-No. Déjame pagar
el desayuno o me voy –retiro mi mano de la suya.
-Vale, vale –me vuelve
a coger la mano mientras andamos en busca de un bar- Cambiando de tema, ¿qué
tipo de trabajo buscas?
-Pues hasta ahora
he estudiado idiomas y en Barcelona trabajaba como traductora.
-Está bien.
-Y tú, ¿a qué te
dedicas?
-Pues manejo un
estudio de grabación con mis amigos.
-Aaaah, que guay.
-Si… ¿Paramos aquí?
-Claro.
Pedimos cada uno un
croissant de chocolate, Harry un café y yo un descafeinado. Nos sentamos en la
mesa y hablamos mientras nos acabamos lo que hemos pedido.
-Harry…
-¿Si?
-Creo que te debo
una disculpa.
-¿Por qué?
-Por creer que eras…
diferente.
-No pasa nada, no
tengo nada que perdonarte.
-Gracias…
Cuando acabamos,
dejo la cuenta en la mesa. Harry me abre la puerta, no hace más que ser un
caballero, cosa que me ha impactado desde el principio.
Pasamos toda la
mañana paseando por las calles de Londres sin importarnos qué hora es, hasta
que a Harry le empiezan a sonar las tripas.
-¿Entramos aquí? –me
pregunta hambriento.
-Vale, pero pago yo
eh.
-No, Aby, otra vez
no, me toca a mí.
-La mitad cada uno
y ya está.
-Me parece bien.
Acabamos de comer y
tal como habíamos quedado pagamos cada uno la mitad.
Por la tarde
continuamos paseando. Compramos un algodón de azúcar para compartirlo mientras
nos dirigimos hacia el coche.
-¡No jodas!
-Harry, ¿por qué no
arranca?
-No lo sé, pero… me
temo que tendremos que ir andando.
-Pfff…
Salimos del coche.
No nos cogemos de la mano, ni hablamos, es un poco incómodo, ya que ambos
sabemos que lo que ha pasado hoy es especial.
-¿Estás cansada?
-Un poco…
-Súbete a mi
espalda.
-Harry, peso mucho
y aún queda un buen trozo.
-Mucho no pesas, y
no pasa nada, ¡sube!
Acabo subiéndome a
su espalda, beso su hombro y apoyo la cabeza en ese mismo sitio.
------------------
¡Hola!
Siento el retraso,
pero he tenido problemas con el internet y no he podido subir hasta ahora. La
verdad es que este capítulo me ha gustado bastante escribirlo. Ahora que ya voy
por el capítulo 5, me gustaría ver las opiniones de todo el mundo, para ver qué
tal os está pareciendo el comienzo. Podéis comentar en anónimo si os va mejor,
y con un simple siguiente me conformo.
p.d.: Para esta
novela utilizare una cuenta nueva de twitter (@onedreamerloose). Tenía una
lista de personas para avisar, desde ahora avisaré por esa cuenta, si alguien
más quiere que le avise, ya sabéis, me lo decís y yo os aviso encantada.
Recordad: ¡comentad!
Gracias.
Besos.