domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo cinco.

5.- Paseo por Londres




~Narra Abi~
Me despierto a las cuatro menos cinco de la mañana, pues mi móvil no deja de sonar una y otra vez.

*Conversación telefónica*
-¿Lidia? –digo medio dormida.
-Pero ¡¿tú dónde te has metido?! –dice furiosa.
-Estoy en casa.
-¿En casa? Y ¿cuándo nos pensabas avisar? ¿sabes el susto que nos hemos metido?
-Lo siento… venga… buenas noches.
*Fin de la conversación telefónica*

~Narra Harry~
He pasado la noche en vela sin dejar de pensar en Abi. Puede que no esté enamorado de ella, pero me está empezando a gustar, es más, me gusta y no me da vergüenza reconocerlo. Nunca antes había sentido esto, pues nunca he estado en una relación seria.

Hoy hace un día muy soleado, no lo puedo echar a perder, hay que aprovecharlo, y ya sé cómo. Me visto con lo más simple que encuentro, adecuado con el tiempo que hace hoy.



Acabo de peinarme, cojo mi cartera y salgo de mi apartamento tal cual, sin desayunar ni nada. Me dirijo a la puerta de al lado, sí, la de Abi. No quiero picar, puede que estén durmiendo y no quiero molestar, así que cojo el móvil y le envío un mensaje a Abi: “Si estás despierta abre la puerta de tu apartamento. Si cuando la abres no estoy, has tardado mucho. Harry xx”. Espero tres minutos y la puerta se abre. Supongo que acaba de levantarse, pues va en pijama, que por cierto, le queda espectacularmente bien, dejando ver sus morenas y delgadas piernas.



-¿Qué quieres? –dice entre medio de un bostezo.
-Que vengas conmigo.
-¿A dónde?
-A enseñarte Londres.
-No puedo, Harry, mis amigas están durmiendo y bastante se enfadaron ayer cuando las dejé solas en la discoteca, además, ya llevo dos días aquí y tengo que buscar trabajo, sino en un mes tengo que volver a Barcelona.
-Por un día más no pasará nada, en cuanto a tus amigas, ponles una nota en la nevera… -le suplico.
-Pff… está bien… Pasa, tardaré diez minutos en arreglarme.

~Narra Abi~
En cierto modo, estoy contenta de que Harry haya decidido venir a por mí para pasar el día juntos. Bueno vale… estoy muy contenta. Harry es un chico guapo, muy guapo y estoy dispuesta a conocerlo más a fondo.

Abro la ventana para ver el tiempo que hace hoy. Parece que haga calor, o sea que me pongo algo fresquito. Al ver a Harry con la camiseta que lleva puesta, he recordado que yo también la tengo –de chica- y decido ponérmela.



-¿Con que tenemos los mismos gustos? –sonríe al verme entrar al salón.
-Eso parece…
-Me gusta… -sonrío como una tonta- ¿nos podemos ir ya?
-Sí, claro. Un momento –cojo mi móvil y aviso a mis amigas de que me voy a pasar el día a fuera, para que luego no se enfaden- Ahora sí.

Harry me deja pasar primera. Mientras esperamos al ascensor, se crea un ambiente bastante tenso entre los dos.

-¿Habías venido alguna otra vez a Londres? –me pregunta.
-No.
-¿O sea que no has visitado nada?
-No.
-Perfecto.
-¿Dónde vamos?
-Sorpresa.

Empiezo a suponer que Harry me va a hacer de guía turística, pues sino no me hubiera preguntado eso. Al fin el ascensor nos recoge, pero va lleno.

-Mejor bajamos por las escaleras… -digo.
-Mejor…

Nos despedimos de Ryan y nada más salir distingo el coche de Harry que está aparcado en la acera de en frente. Me abre la puerta y me siento en el asiento copiloto. Rodea el coche, se sienta y lo pone en marcha. Enciende la radio y empieza a sonar Wake me up de Avicii, una canción que me encanta. Harry empieza a cantar en voz baja. La verdad es que canta muy bien, tiene una preciosa voz ronca. Me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa.

-¡Vamos, canta conmigo!
-No, no…
-¡Sí!

Le hago caso y empiezo a tatarear muy bajito. Después de diez minutos llegamos. Aparca el coche, y sin salir de él, saca de su bolsillo dos entradas para el London Eye. Me tapo la boca con las manos.

-Hahahaha –se ríe de mi expresión- para ti –me entrega una de las entradas.
-¿Cuánto te debo?
-Nada, es mi regalo para ti.
-Joder, Harry… gracias… -le abrazo y sin dudar, le beso la mejilla.

Observo como sus mejillas enrojecen y no puedo evitar reírme. Con una actitud vergonzosa, algo que no sabía de Harry, sale del coche para abrirme la puerta. Cuando es nuestro turno para subir a la noria, nos hacen entrar en una de las cabinas junto con un montón de personas. Harry y yo nos acercamos al vidrio para ver con claridad todo el paisaje. Empiezo a notar como la mano de Harry se acerca a la mía. Disimulo y sigo mirando por el cristal. Al fin me toca, está caliente, tal vez no tanto, pero al tener yo las manos congeladas se nota más. Miro nuestras manos enlazadas, no pienso soltarle. Ahora le miro a él, él me mira. Me sonríe dejándome ver sus preciosos dientes y ese hoyuelo que se le forma. Le devuelvo otra sonrisa. Me gusta, me gusta que Harry me coja de la mano. Me gusta porque me hace sentir especial. Me gusta porque estoy empezando a pillarme por él…

-¿Y bien? –bajamos de la cabina- ¿Te ha gustado?
-Me ha encantado, ¡gracias Harry!
-De nada –seguimos sin soltarnos las manos- ¿Qué quieres hacer ahora?
-Tengo hambre…
-¡Pues vamos a desayunar! ¿Dónde quieres ir?
-Me da igual, pero ahora pago yo.
-No… te he invitado yo, pues pago yo.
-No, Harry. No vas a pagar todo lo que hagamos hoy.
-¿Lo quieres comprobar?
-No. Déjame pagar el desayuno o me voy –retiro mi mano de la suya.
-Vale, vale –me vuelve a coger la mano mientras andamos en busca de un bar- Cambiando de tema, ¿qué tipo de trabajo buscas?
-Pues hasta ahora he estudiado idiomas y en Barcelona trabajaba como traductora.
-Está bien.
-Y tú, ¿a qué te dedicas?
-Pues manejo un estudio de grabación con mis amigos.
-Aaaah, que guay.
-Si… ¿Paramos aquí?
-Claro.

Pedimos cada uno un croissant de chocolate, Harry un café y yo un descafeinado. Nos sentamos en la mesa y hablamos mientras nos acabamos lo que hemos pedido.

-Harry…
-¿Si?
-Creo que te debo una disculpa.
-¿Por qué?
-Por creer que eras… diferente.
-No pasa nada, no tengo nada que perdonarte.
-Gracias…

Cuando acabamos, dejo la cuenta en la mesa. Harry me abre la puerta, no hace más que ser un caballero, cosa que me ha impactado desde el principio.

Pasamos toda la mañana paseando por las calles de Londres sin importarnos qué hora es, hasta que a Harry le empiezan a sonar las tripas.

-¿Entramos aquí? –me pregunta hambriento.
-Vale, pero pago yo eh.
-No, Aby, otra vez no, me toca a mí.
-La mitad cada uno y ya está.
-Me parece bien.

Acabamos de comer y tal como habíamos quedado pagamos cada uno la mitad.

Por la tarde continuamos paseando. Compramos un algodón de azúcar para compartirlo mientras nos dirigimos hacia el coche.

-¡No jodas!
-Harry, ¿por qué no arranca?
-No lo sé, pero… me temo que tendremos que ir andando.
-Pfff…

Salimos del coche. No nos cogemos de la mano, ni hablamos, es un poco incómodo, ya que ambos sabemos que lo que ha pasado hoy es especial.

-¿Estás cansada?
-Un poco…
-Súbete a mi espalda.
-Harry, peso mucho y aún queda un buen trozo.
-Mucho no pesas, y no pasa nada, ¡sube!

Acabo subiéndome a su espalda, beso su hombro y apoyo la cabeza en ese mismo sitio.


------------------
¡Hola!
Siento el retraso, pero he tenido problemas con el internet y no he podido subir hasta ahora. La verdad es que este capítulo me ha gustado bastante escribirlo. Ahora que ya voy por el capítulo 5, me gustaría ver las opiniones de todo el mundo, para ver qué tal os está pareciendo el comienzo. Podéis comentar en anónimo si os va mejor, y con un simple siguiente me conformo.

p.d.: Para esta novela utilizare una cuenta nueva de twitter (@onedreamerloose). Tenía una lista de personas para avisar, desde ahora avisaré por esa cuenta, si alguien más quiere que le avise, ya sabéis, me lo decís y yo os aviso encantada.

Recordad: ¡comentad!
Gracias.
Besos.